Cuando decimos que el aceite de oliva es oro líquido, no nos falta razón. Oro por su color, por esa caída suave que tiene, ese olor que despierta nuestras papilas gustativas. Maravilloso el olivo, el árbol que da los frutos de los que se obtiene este zumo: la oliva. Y ambos, árbol y fruto, son símbolo de la cultura y la gastronomía mediterránea. Y no podemos sentirnos más orgullosos de ello.

Y es que pocos productos de nuestro amado Mediterráneo tiene tantas y tan variadas propiedades como las del aceite de oliva virgen extra. ¡Hasta lo encontramos recomendado para cuidar nuestra piel! Nos encanta utilizarlo cocinado, en crudo. Es el toque que hace que nuestros platos sean únicos. Pero es que, además, tiene muchos otros beneficios que van más allá del cuidado de nuestra salud física. ¿Te sorprende saber que su consumo también es beneficioso para tu salud mental? ¡Pues sigue leyendo!

No todos los aceites de oliva son iguales

Cierto es que en el mercado encontramos todo tipo de aceites. Cierto es que no todos ellos son de la misma calidad. Como también es cierto que el sabor difiere del origen del fruto a partir del cual se ha obtenido. También hemos de diferenciar entre aceites refinados (los que resultan del uso de químicos o calor durante su proceso de extracción, con sabor más suave y color más indeterminado) y no refinados (los que no han sido tratados durante dicho proceso).

El aceite de oliva extra virgen, el AOVE, es un aceite no refinado, es decir, no tratado. Por lo tanto, se trata de un aceite puro cuyas propiedades están intactas, de máxima calidad. Obviamente, tampoco todos los AOVE serán iguales, y que existen diferentes variedades. Por ejemplo, los obtenidos a partir de una sola uva, o ‘Monovarietal’, o los que son el resultado de la mezcla de diferentes aceitunas, o ‘Coupage’.

Sabiendo de que partimos de la base de que no todos los aceites son iguales, ni todos mantienen sus propiedades ni nos ofrecen la misma calidad, vamos a ver todos los beneficios que tenemos los afortunados que podemos incluirlo regularmente en nuestra dieta.

  1. Regula el colesterol. Sí. El AOVE es una grasa, pero es una grasa saludable, lo cual quiere decir que es necesaria para regular los valores de colesterol, disminuyendo el LDL, o colesterol ‘malo’, y aumentando el HDL, o el ‘bueno’.
  2. Protege tu corazón. Dada su rica composición en ácido oleico y polifenoles antioxidantes, ambos considerados protectores de las células cardíacas, la ingesta regular de AOVE nos ayudará a prevenir enfermedades cardiovasculares como la arterioesclerosis o la hipertensión, entre otros.
  3. Aliado del aparato digestivo. El hábito de tomarnos una cucharada de AOVE crudo en ayunas nos aportará una disminución de acidez gástrica y una estimulación del tránsito intestinal.
  4. Huesos más fuertes. Y articulaciones más jóvenes. El AOVE tiene propiedades antiinflamatorias, altamente beneficiosas para las personas más mayores. Además, favorece la absorción de calcio, reforzando el tejido óseo.
  5. Reduce el riesgo de cáncer de mama. Muchas de las sustancias que contiene, actúan con efecto protector frente a este tumor en concreto, siempre y cuando sea AOVE, y el aceite no se haya obtenido a través de un proceso de refinado.
  6. Para un cerebro joven. El hidroxitirosol está presente en el AOVE, y este compuesto actúa contra el envejecimiento neuronal, evitando enfermedades neurodegenerativas. Por lo tanto, estaremos actuando contra la pérdida de memoria y ayudaremos a la mejora de la función cerebral.
  7. Reduce el estrés. Cuando consumimos AOVE de forma regular en nuestra dieta, sentimos un bienestar parecido al que obtenemos cuando terminamos de hacer deporte o escuchamos música. Pero no únicamente contra la ansiedad actúa el aceite, sino que también contra el estrés oxidativo, neutralizando los radicales libres oxidantes, evitando el envejecimiento prematuro de las células, desencadenante de enfermedades como el alzhéimer o la artritis, entre otras.
  8. Disminuye el riesgo de diabetes. El consumo de AOVE mejora el control de la glucosa, por lo que se reduce el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.
  9. Fortalece el sistema inmune. Lo que quiere decir que nuestras defensas aumentan y que nos protege contra enfermedades.
  10. Sí, controla tu peso. Será tu aliado contra la obesidad. Siempre y cuando su consumo sea de forma moderada.
  11. También durante el embarazo. Su consumo beneficiará a ambos: madre y feto. A la madre dotándola de protección de su sistema inmunitario, y al feto ayudándole en el desarrollo de su sistema óseo y aportándole enormes beneficios para su corazón.
  12. Rutina de belleza para tu piel. Estarás combatiendo el envejecimiento prematuro de la piel, gracias a su acción antioxidante, además de aportarte hidratación y humedad. Además, aporta vitamina E, con lo que también ofrece acción cicatrizante de heridas.